postImg

Mi Relación Con El Estoicismo

05 de Octubre, 2022

Carlic

El estoicismo me ha ayudado a soportar el golpe más duro de mi vida. Estoy hablando de la muerte de mi padre.

Cuando me enteré de la enfermedad de mi padre sentí uno de los miedos más grandes de mi vida. Era cáncer. Un cáncer tan avanzado que los doctores no quisieron dar un pronóstico de vida. “Ponga sus cosas en orden.” Dijo el doctor. “Si responde bien al tratamiento podemos lograr una buena calidad de vida, pero el cáncer no se le va a quitar.”

Hasta ese momento habíamos sido muy afortunados. Ningún miembro de nuestra familia --mi mamá, mi hermana, mi papá y yo-- había tenido nunca enfermedades o padecimientos graves. Las visitas al médico eran para vacunas o revisiones muy esporádicas. Tal vez demasiado esporádicas. Nunca habíamos pasado tiempo en hospitales, ni habíamos tenido que ver a uno de los nuestros tendido en una camilla.

Encontré el estoicismo gracias al libro Estoicismo Cotidiano (Daily Stoic en Ingles) de Ryan Holiday. Solía leer la cita y reflexión que Ryan había escrito para determinado día y reflexionaba sobre ella en mi caminata al rededor del lago que está cerca de mi casa. Me di cuenta de que esta filosofía, esta manera de entender y de vivir la vida, podía serme muy útil.

A los pocos días compré mi primer ejemplar de las Meditaciones de Marco Aurelio y me registré a dailystoic.com, la lista de correo de Ryan Holiday en la que todos los días escribe una reflexión desde el punto de vista del estoicismo. Gracias al libro de Estoicismo Cotidiano y a los correos de dailystoic.com también conocí a Séneca y a Epicteto.

seneca.jpg

Séneca tenía la costumbre de escribir sus reflexiones por las noches. Examinaba las acciones y los pensamientos que había tenido durante el día. Empece a pensar que tal vez sería una buena idea empezar un diario. Un diario estoico en el que me recordara todos los días los principios del estoicismo, me diera indicaciones a mi mismo y reflexionara sobre como había sido mi comportamiento durante el día.

Cuando volvimos del hospital, de esa primera visita en la que recibimos el diagnóstico, escribí mi primera entrada en el diario estoico:

“Hoy mi papá recibió sentencia de muerte. Siento de ese miedo que no se quita. Con las técnicas que antes usé, este miedo no se irá. Voy a intentar algo nuevo.” - 9 de abril del 2019.

El miedo puede ser paralizante, pero también puede impulsarnos a intentar algo. Recuerdo aquel miedo. Sentía que el mundo me aplastaba a mí y a todos los míos. Tenía que hacer algo porque sabía lo que se venía o creía saberlo. Sabía que no estaba preparado para soportarlo. Algo tenía que hacer para prepararme. El empezar ese diario no solo era un grito desesperado para soltar un poco de mi miedo. Era también el primer paso en esa preparación que tanto necesitaba. Me supe débil, pero no me iba a quedar así. Podía ver que mi familia iba a tener que lidiar con mucho sufrimiento. Yo no quería que sufrieran demás por culpa de mi debilidad emocional. Tenía que convertirme en “la calma en medio de la tormenta.”

La Fortuna

La religión puede ayudarnos a manejar temas como la muerte o la enfermedad, pero yo me había quedado sin religión hace muchos años. No tenía a quien rezarle en esos momentos de desesperación por la situación de mi papá. Los estoicos hablan de la fortuna. En otras entradas me extenderé más en el tema de la fortuna. Que ahora baste decir que la entiendo como todo aquello que no controlamos y que puede ser de una forma o de otra. El azar. Lo probabilístico.

dados.jpg

Al contemplar lo que había sido mi vida hasta ese momento, me di cuenta de que no podía reclamarle nada a la fortuna. Estábamos enfrentando una situación complicada y muy dolorosa, pero antes de eso la fortuna nos había sonreído por muchos años. Tenía que estar agradecido por la vida que había tenido hasta ese momento y por la familia que me tocó. En verdad era capaz de sentir esa gratitud.

La Fortuna da y quita. Y lo que da solo es prestado. En algún momento vendrá por eso que dio, o lo tendremos que entregar en el momento de la muerte. Nada podemos llevarnos.

En momentos de gran presión, o de mucho sufrimiento, no es fácil sentir gratitud. En los momentos en los que todo va bien, nos olvidamos que todo puede cambiar en cualquier momento. Tenía que recordarme todos los días dos cosas: la gratitud que sentía por los regalos que había recibido de la fortuna a lo largo de mi vida, y el hecho de que, algún día, la fortuna vendría a quitármelos.

Obviamente no estaba preparado para vivir sin mi padre. Pero tenía que entender y aceptar que la muerte es algo natural. Todo nace, crece y después perece. Si quería prepararme debía pensar en eso todos los días. Así que todas las mañanas, en cuanto abría los ojos, le rezaba a la Fortuna:

“Que más puedo pedirte si me has llenado de regalos y has puesto a personas maravillosas en mi camino? Sé que algún día vendrás a quitarme todo. Estoy preparado para entregarlo.”

Mi papá respondió bien al tratamiento. En pocos días el dolor había disminuido mucho, y después de unas semanas desapareció por completo. Parecía que estábamos ganándole la batalla al cáncer, un enemigo que asusta con solo oírlo nombrar. En esos momentos era fácil sentir gratitud. Mi papá no estaba curado, pero se sentía bien. “Me siento mejor de lo que me he sentido en muchos años.” Nos comentó mi papá más de una vez por aquellos días.

Premeditatio Malorum

Yo sabía que no podía desperdiciar ese tiempo pensando que todo sería bueno en el futuro. Tenía que seguir preparándome para lo que pudiera pasar. Si iban a pasar cosas buenas quería tener la capacidad de estar presente y de disfrutarlas y si venían cosas malas no podían tomarme por sorpresa. Ahora esta de moda decir que si piensas positivo atraes cosas positivas. La famosa ley de la atracción. No me voy a meter en esos temas por ahora, pero pienso que es poco realista esperar que te sucedan puras cosas positivas. Muchas cosas no van a salir como esperamos y si las visualizamos antes, cuando sucedan no nos van a sorprender. La mente estará mejor preparada para lidiar con el golpe. Yo debía adelantarme a futuros problemas. Mejor que la sorpresa me la llevara con lo bueno y no con lo malo. Por eso empecé a hacer visualizaciones negativas: Premeditatio Malorum. Otra práctica estoica.

Esta práctica tiene un doble beneficio. Primero, preparaba a mi mente para lo peor que podía pasar. Y segundo, en lugar de provocarme tristeza me hacía disfrutar más los días. Valorarlos más. Sentir una mayor gratitud por lo que tenía en ese momento. Hoy recuerdo esos días en los que mi papá se sentía como unos de los mejores de mi vida. Hicimos muchas cosas juntos. Teníamos la idea de convertir parte del terreno en una pequeña granja para producir una parte de los alimentos que consumíamos. Construimos gallineros, sembramos árboles frutales y cosechamos vegetales en el huerto.

“Hoy terminamos el primer gallinero. Lo construimos reutilizando material que ya teníamos. Fue bonito hacer ese proyecto con mi papá, los dos estamos contentos con el resultado. Ahora toca a las gallinas hacer su trabajo y ayudarnos en el huerto.” 17 de septiembre del 2019

Esos días se pasaron rápido. Trabajando en nuestra granja, cuidando a nuestros animales y ayudándonos como familia en lo que podíamos. Siento que esos meses se nos fueron en un suspiro.

“No dejes de trabajar en la construcción de la vida que quieres, pero siempre agradecido por lo que la Fortuna te regala. Nada es tuyo. Nada te has ganado. Todo te fue dado y todo te será quitado.” 16 de marzo del 2020

El 27 de febrero del 2020 se detectó el primer caso de Covid-19 en México. Con la enfermedad de mi papá y el trabajo que veníamos haciendo, habíamos estado muy metidos en nosotros mismos y en nuestros asuntos. Pero la pandemia global nos hizo más empáticos a todos, aunque sea durante los primeros meses. Empece a pensar en lo insignificante que era y la poca importancia que tiene lo que me sucede si lo comparo con lo que le sucede a mi especie o al planeta donde vivimos. Este ejercicio se le conoce en el estoicismo como vista de pájaro.

El objetivo de la vista de pájaro es darte cuenta de tu insignificancia y de lo intrascendente de tus acciones. Sirve para adquirir una mejor perspectiva de lo que te sucede y de tu lugar en el mundo. También sirve para controlar el ego y la ambición desbordada porque te das cuenta de que sea lo que sea que consigas, comparado con lo que ha logrado nuestra especie, nunca será demasiado. Te ayuda a sentir empatía por los demás porque te das cuenta de que todos estamos en lo mismo. Todos padecemos lo mismo, a todos se nos mueren padres o hijos. A todos nos toca cuidar a nuestros enfermos. Siempre ha sido así y siempre será así.

En agosto del 2020 volvieron los dolores. Para que mi papá se quejara de un dolor, este debía ser insoportable.

“Estamos asustados. En los últimos días, mi papá volvió a sentir dolores fuertes. No podemos dejarnos dominar por el miedo. Debemos ir día a día, momento a momento.” 19 de agosto del 2020

En el fondo, todos sabíamos lo que esto significaba. Los doctores nos dijeron que el cáncer se había reactivado. “Estén preparados. Una vez que el cáncer regresa suele ser muy agresivo. Avanza muy rápido.” Nos hizo ver uno de los doctores de mi papá.

“Hoy toca volver al hospital. Mi papá salió muy alto en los estudios que le hicieron. El cáncer volvió. Ya sabemos lo que nos toca hacer. Hay que estar preparados.” 24 de agosto del 2020

La verdad es que no estaba preparado. Por más que ya llevaba más de un año recordándome todos los días los principios estoicos, meditando sobre la muerte y hablando con la fortuna, no estaba listo para ver sufrir a mi papá. Uno de los temas centrales del estoicismo es el manejo de las pasiones. Las emociones. Mis emociones estaban por todos lados. Pasaba del miedo a la ira, de la ira a la angustia, de la angustia a la desolación. Ya no era posible sentir esperanza porque la enfermedad consumía rápido a mi papá.

“¿Todo está cayendo? Estoy presenciando el desmoronamiento de tantas cosas que siempre di por sentadas.” 6 de noviembre del 2020

Memento Mori

El doce de noviembre salí positivo en la prueba de covid. Me sirvió para poner en perspectiva muchas cosas. Me sirvió para meditar sobre mi propia muerte. Memento Mori. Otra práctica estoica. No sé si era el momento, pero pensar en mi muerte nunca me asusto tanto como pensar en la muerte de alguno de mis padres.

“¿Estás preparado para perderlo todo? La Fortuna te ha sonreído de muchas maneras, pero recuerda que todo lo que da lo exige de regreso. Que no te tome por sorpresa cuando venga a buscar lo que es de ella. Que te encuentre dispuesto y de buen ánimo. Cuida lo que te dio para que lo entregues mejor de lo que lo recibiste.” 27 de noviembre de 2022

dadosCalavera.jpg

“No importa lo verde que alguna vez fue la hoja, siempre caerá en otoño.” 17 de diciembre del 2020

El tiempo se estaba yendo rápido y la vida de mi papá también. Los últimos tres meses de su vida, los primeros tres meses del año 2021, fueron, sin duda, los peores momentos para mi familia. No es fácil ver cuando se extingue una vida. Menos cuando es uno de los tuyos. El que te cuido y te enseño gran parte de lo que sabes.

“El dolor de uno lo sentimos todos. Ver sufrir físicamente a alguien que quieres es de las pruebas más duras de la vida. Son los días más obscuros que nos han tocado vivir como familia, pero agradezco a la Fortuna la oportunidad de pasarlos juntos, como el equipo que siempre fuimos.” 28 de enero de 2021

En marzo, mi papá ya estaba muy débil. Los medicamentos que le ayudaban con el dolor lo mantenían dormido casi todo el tiempo y no se acordaba mucho de los momentos que pasaba despierto. Todo estaba pasando muy rápido y para nosotros era claro que mi papá estaba viviendo sus últimos días. No había nada más que hacer. Ya solo estábamos esperando el momento.

Mi papá murió a las 11.45 de la noche del 21 de marzo del 2021. No estaba preparado. No estaba preparado, pero no sé que hubiera sido de mí sin el estoicismo. Sin la práctica de llevar un diario y de recordarme todos los días como debía de actuar, ¿En qué vicios hubiera caído? ¿Qué tan fuerte hubiera sido mi depresión? ¿Cómo me hubiera consumido la tristeza? ¿Hasta dónde hubiera llegado la ira que por momentos sentía antes y después de su muerte? Si no hubiera visualizado muchas veces el momento de su muerte, en los meses anteriores a ella ¿Qué tanto me habría desequilibrado?

El estoicismo no se trata de dejar de sentir estas emociones. Se trata de entenderlas y de usarlas para alcanzar la virtud. Para tener comportamientos virtuosos. En los meses que siguieron a la muerte de mi papá sentí todas las emociones negativas que se pueden sentir, pero no deje que me arrastraran a comportamientos viciosos. Todavía no soy el hombre que quiero ser. Todavía me queda mucho trabajo por hacer en cuanto a mi carácter y en cuanto a mi comportamiento. Pero sé que estos años de práctica y estudio del estoicismo y el golpe que representa la muerte de mi padre me han hecho un hombre mucho más fuerte de lo que era antes. Ya soporté uno de los golpes más duros que podía darme la vida, y aunque quedan otros por sufrir, hoy sé que tengo la fuerza para soportarlos.

Si estás pasando por un momento difícil, si te sientes sin rumbo, si no sabes que hacer con los golpes que te tira la vida, te recomiendo que te acerques al estoicismo. Esta filosofía, esta manera de vivir la vida ha ayudado a mucha gente con los mismos problemas que hoy tenemos. Esta filosofía no pasa de moda, está más vigente que nunca y muchas de sus prácticas son avaladas por la ciencia actual. Sabemos que funcionan.

En otras entradas escribiré más a fondo sobre esta conexión del estoicismo con la ciencia y sobre como incluir la práctica del estoicismo en tu día a día.

Comentarios

Más Salud. Más Riqueza. Más Satisfacción.

¿Quién es Luca?

Soy escritor, programador y emprendedor. También soy un monstruo en el poker.

Posts Similares

No Huyas De Lo Difícil

31 de Octubre, 2022