"La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos."—Marco Aurelio.

Este post es parte de este libro.

Se trata de un aspecto fundamental dentro de la filosofía estoica, que se centra en la manera en que procesamos la información que recibimos del exterior por medio de nuestros sentidos—nuestras primeras impresiones—y en la manera en la que emitimos nuestros juicios de valor. La disciplina del pensamiento tiene sus raíces en la idea estoica de que la virtud y la sabiduría solo pueden obtenerse por medio de la disciplina y el uso de la razón. Esta disciplina juega un papel crucial en la formación de nuestras percepciones, acciones y bienestar general.

Entendiendo la Disciplina del Pensamiento

La Disciplina del pensamiento se enfoca en nuestra capacidad de examinar, valorar y dar sentido a nuestras opiniones y juicios. Los estoicos reconocieron que la reacción inicial que tenemos ante un evento externo suele ser influenciada por nuestras emociones, sesgos cognitivos y patrones habituales de pensamiento. Sin embargo, ellos creían que los seres humanos, como seres racionales, poseemos el poder de evaluar y controlar nuestros juicios.

Las Tres Etapas de la Disciplina del Pensamiento

1.- Suspensión del Juicio de Valor: La primera etapa implica la suspensión inmediata del juicio de valor que estamos emitiendo sobre cualquier impresión externa. En lugar de aceptar o rechazar automáticamente nuestra primer impresión, nos detenemos un momento y reflexionamos de manera crítica. Al evitar juzgar de manera inmediata, creamos un espacio para la evaluación racional de la información que recibimos.

2.- Examinación y Evaluación: En esta segunda etapa debemos someter nuestras impresiones a un cuidadoso escrutinio. Debemos preguntarnos si nuestros juicios de valor han sido emitidos de acuerdo con la razón y si contribuyen a una vida virtuosa. Consideramos si la primera impresión ha sido acertada, relevante y alineada con nuestros principios éticos.

3.- Juicio Racional: Después de una evaluación minuciosa, aceptamos únicamente aquellos juicios de valor que son consistentes con la virtud y alineados con la naturaleza. Damos nuestra aprobación a aquellas opiniones que son razonables y conducen a un comportamiento ético.

Como puedes ver, la Disciplina del Pensamiento nos permite cultivar una mentalidad que prioriza la obtención de sabiduría, el acceso a la verdad y la excelencia moral. Consiste en negarnos a aceptar cualquier representación de la realidad que no sea objetiva y adecuada.

Aplicaciones Prácticas

La Disciplina del Pensamiento tiene muchas aplicaciones prácticas en nuestra vida diaria:

- Regulación Emocional: Al usar la razón y el pensamiento crítico para evaluar nuestras impresiones, podemos mitigar la influencia que las emociones irracionales tienen sobre nosotros. Reconocemos que nuestra reacción inicial puede estar influenciada por el miedo, el deseo o algún sesgo cognitivo, y podemos elegir responder de manera racional.

- Resolución de Conflictos: Comprometiéndonos con la Disciplina del Pensamiento, podemos navegar por los conflictos y desacuerdos con mayor claridad. Al evaluar la validez de nuestros juicios y considerar otras perspectivas, podemos abordar las disputas con una mentalidad más equilibrada y razonable.

- Retos y Adversidades: Cuando nos enfrentamos a desafíos o dificultades, podemos evaluar el juicio que hacemos sobre la situación. Este proceso nos permite mantener la calma y encontrar la resiliencia para elegir una interpretación que nos permita responder al reto de una manera virtuosa.

- Toma de Decisiones: La Disciplina del Pensamiento respalda una toma de decisiones ética ayudándonos a diferenciar entre las acciones que concuerdan con nuestro código moral y con la virtud, y aquellas que no. Evaluamos las implicaciones éticas de nuestras opciones antes de tomar una decisión.

En resumen, la Disciplina del Pensamiento enfatiza la importancia de evaluar nuestros juicios y primeras impresiones de manera crítica. Al suspender nuestros juicios, examinar nuestras primeras impresiones, y aceptar solo los juicios y opiniones que concuerden con la virtud, promovemos una mentalidad que busca acercarse a la sabiduría y a un modo de vida ético. Esta disciplina mejora nuestra habilidad para responder a eventos externos con claridad, integridad, y calma interna, contribuyendo a nuestra búsqueda de una vida virtuosa y satisfactoria.