A los seres humanos nos asusta demasiado el cambio. Incluso nos cuesta trabajo cambiar por algo que en verdad deseamos. Pensamos en nuestra vida ideal, pero no nos atrevemos a introducir pequeños cambios en nuestra rutina que nos acerquen a la vida que imaginamos. Nos preguntamos por que nos sentimos atrapados en la rutina diaria, pero no modificamos nada.

Por infelices que seamos, preferimos la seguridad de lo conocido que la incertidumbre de lo desconocido. No importa que en lo desconocido pudiéramos encontrar nuestra vida ideal. La incertidumbre nos asusta y nos paraliza. Por eso seguimos durante años con la misma rutina que nos hace sentirnos tan desgraciados.

Preferimos continuar trabajando por los sueños de otra persona a cambio de la falsa seguridad que nos proporciona un salario y dejamos nuestros sueños personales de lado, para otro día. Pensamos en negro o blanco, en todo o nada. Como si fuera a llegar un momento en el que tendremos el dinero suficiente para dejar de trabajar por un salario y de un día para otro pudiéramos dedicarnos de lleno a hacer realidad nuestro sueño.

El escape de la rutina y del trabajo que te hace tan infeliz no tiene por que darse de un día para otro. De hecho, si esa es tu estrategia, es posible que nunca logres escapar.

¿No te cansas de pasar tanto tiempo imaginando y planeando tu vida ideal mientras no das un solo paso para hacerla realidad?

Sigues esperando el momento perfecto para tomar acción, pero el momento perfecto no llegará o lo hará demasiado tarde.

El reloj sigue corriendo. El tiempo se te está acabando.

Tienes que dar los primeros pasos.

Otro par de lentes

Tienes que empezar a ver la vida a través de los lentes de tu vida ideal. No esperes a que todo sea perfecto. Tienes que hacerlo ahora.

- ¿Cuáles son tus acciones en tu vida ideal?

- ¿Qué conocimientos tienes?

- ¿Qué habilidades posees?

- ¿Que tipo de contenido consumes?

- ¿Qué comes?

- ¿Con quienes pasas tiempo?

- ¿Cómo te ves físicamente?

- ¿En qué cosas piensas?

No sigas postergando tu vida ideal para un momento que pudiera no llegar nunca. Puedes empezar desde hoy a hacer las cosas que harías si estuvieras viviendo tu vida ideal.

Tienes que empezar cuanto antes a invertir tiempo en esas acciones. Un poco cada día. Empieza haciéndolo por 15 minutos al día y construye tu vida ideal a partir de ahí.

No tienes idea de lo que puedes lograr con esos 15 minutos de trabajo enfocado.

El viaje empieza hoy. Empieza a disfrutarlo. Empieza a vivirlo. No sabes de cuánto tiempo dispones. Ninguno de nosotros lo sabe. Pero hoy, por al menos 15 minutos, vas a experimentar la vida con la que tanto has soñado.

Se trata de poner las ruedas del cambio en marcha. Tienes que construir momentum. Tienes que ir ganando ir ganando impulso. Mientras más impulso tiene un objeto en movimiento, más difícil es detenerlo.

Siempre parece más difícil al principio, pero conforme vas ganando impulso se vuelve más sencillo. Esos 15 minutos van a convertirse en 30 minutos, en una hora. Aumenta poco a poco el tiempo que dedicas a vivir tu vida ideal. Cuando te des cuenta estarás viviendo la vida que siempre soñaste.

Este enfoque tiene muchos beneficios. Esos 15 minutos no solo te permitirán ir creando tu vida ideal poco a poco, también irás descubriendo cosas a través de la experiencia. Vas a poder descartar algunas cosas que antes contemplabas como parte de tu vida ideal y que, ya en la acción, no te resultaron tan satisfactorias. Vas a poder hacer ajustes, ir modificando prioridades y diseñando sistemas que te permitan seguir definiendo tu vida ideal.

Además de dedicar cada vez más tiempo a tomar acciones que tengan que ver con la vida de tus sueños, debes dejar poco a poco de hacer las cosas que no tienen nada que ver con ella. ¿Qué acciones puedes eliminar desde hoy? Tal ves puedes dejar la oficina un poco antes o hacer el trabajo de hoy desde casa para evitar perder tanto tiempo en el coche. Tal vez puedes dejar de dedicar tanto tiempo a scrollear las redes sociales o a consumir noticias negativas.

Ataca tu vida ideal por ambos frentes: haciendo más cosas que tengan que ver con tu vida ideal y dejando de hacer las cosas que no tienen cabida en ella.

En mi vida ideal, escribo. Recuerdo cuando empecé con la práctica de escribir unas cuantas líneas en un registro diario. Me daba instrucciones para el día que estaba por empezar. Después empecé a escribir pequeños artículos o ensayos sobre temas que iban desde la cría de gallinas hasta la muerte de mi papá. No me importaba ni la técnica ni la forma, lo importante era escribir todos los días.

Un día me puse el objetivo de escribir al menos 500 palabras diarias. A veces sentía que no tenía nada que decir, pero me forzaba a encontrar la manera de llegar a las 500 palabras. Había días en los que me tomaba menos de 20 minutos cumplir con mi cuota de palabras diarias, pero otros días podía tomarme cerca de tres horas.

Con el tiempo, las 500 palabras empezaron a sentirse como un ligero galope. Ya era sencillo para mí sentarme todas las mañanas y cumplir con esa cuota, así que empecé a aumentarla.

700 palabras diarias.

800 palabras.

1000 palabras.

Hoy puedo escribir por horas.

Escribo entre 1500 y 2000 palabras todos los días. Se me va el tiempo volando porque estoy haciendo una de las cosas que más disfruto. Este número de palabras es suficiente para escribir decenas de libros y miles de artículos a lo largo de mi vida. Pero en realidad, no importa si publico libros o si solo escribo para mi. Ya vivo como escritor durante varias horas al día. Ya soy un escritor. Al menos durante este tiempo, estoy viviendo mi vida ideal y todo empezó con 15 minutos que dedicaba a escribir cada mañana.

Tienes que establecer prioridades. Tu prioridad debe ser tu vida ideal.

Sin importar cuales sean tus obligaciones en este momento, sin importar que tan infeliz te hagan sentir tus circunstancias actuales, podría apostar a que cuentas con al menos 15 minutos al día para dedicarle a tu vida ideal.

No esperes por el momento perfecto. Tu vida ideal empieza HOY!