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El Poder De Tu Sistema De Creencias

17 de Octubre, 2022

Carlic

El sistema de creencias

Todos operamos bajo ciertas reglas. Entendemos el mundo a partir de ciertas cosas que damos por ciertas. Con nuestras creencias intentamos darle una explicación a nuestra experiencia. Las usamos para relacionarnos con los demás y con nuestro entorno, las usamos para regular nuestra actividad y para acercarnos al conocimiento. El sistema de creencias te ayuda a darle forma al mundo. A entenderlo mejor. Son las opiniones que tienes sobre diferentes aspectos de la vida. El sistema de creencias también incluye los valores y principios bajo los cuales riges tu vida. Estos valores y principios influyen en la manera en la que sientes, actúas y reaccionas ante ciertos eventos.

Batallé con el vicio del tabaquismo durante muchos años. Intenté dejarlo varias veces y tuve algo de éxito por periodos cortos, pero siempre recaía. Culpaba de mis recaídas a mi entorno o a algún evento externo. Una reunión con amigos que fumaban, una situación de alta presión, la enfermedad o el sufrimiento de un ser querido. Era más fácil encontrar a otros culpables. Mirar hacia otro lado.

Era yo el que estaba tomando la decisión de prender el cigarrillo. ¿Por qué podía decir que no al antojo durante meses y de pronto un día decía que si? ¿Por qué me daba esa licencia? Porque sabía que iba a encontrar una narrativa en la que yo no fuera el culpable, o al menos en la que yo no tuviera que cargar con toda la responsabilidad de ese acto.

A la única persona que nunca podremos engañar es a nosotros mismos. Podemos intentar proyectar cierta imagen con las demás personas, pero si lo que proyectamos es falso la mentira será descubierta en algún momento. Es un castillo de cartas que va a derrumbarse. ¿Cuántas veces has explotado contra alguien por alguna tontería? ¿Cuántas veces te has acobardado ante lo que decías ser muy valiente? ¿Cuántas veces has actuado injustamente a pesar de pregonar que eres una persona muy justa?

Muchas de las acciones o los comportamientos que queremos evitar tienen sus raíces en nuestro sistema de creencias. Mientras no hagamos los ajustes necesarios es muy probable que estos comportamientos se sigan presentando en el futuro. Debemos modificar las creencias que sostienen a estos comportamientos para reducir las probabilidades de que el comportamiento no deseado se vuelva a presentar.

Dos tipos de creencias

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Podemos dividir nuestras creencias en dos categorías. Las creencias limitantes son las que impiden nuestro crecimiento. Son las que evitan que alcancemos una mejor versión de nosotros mismos. Muchos de los comportamientos que queremos evitar tienen sus raíces en creencias limitantes. El creer que otras personas son responsables de algunas de nuestras acciones es un ejemplo de creencia limitante. Si otras personas son responsables estás limitado a lo que ellos dicen o hacen para motivar tus propias acciones.

La segunda categoría es la de las creencias potenciadoras. Son las creencias que nos empoderan. Muchas de nuestras acciones más virtuosas son impulsadas por estas creencias. Son las creencias que nos permiten desarrollar todo nuestro potencial. Si creemos que nosotros somos los únicos responsables de nuestras acciones entonces está en nosotros el poder de modificar nuestro comportamiento en el futuro.

Para poder empezar a trabajar en una debilidad, primero debemos identificarla y aceptarla. Aceptar una debilidad crea el potencial de convertir esa debilidad en una fortaleza. No se trata de ir diciendo que eres débil a cualquiera que quiera escucharte. Tampoco se trata de hacerte el fuerte o de fingir algo que no eres. Se trata de aceptar lo que eres. Haz un examen profundo de tus propias acciones y de lo que las ha motivado. Aceptalas por lo que son. Cuando encuentras una debilidad debes aceptarla, pero eso no significa que debas aceptar que las cosas permanezcan de ese modo.

Para lograr un cambio de carácter no basta con desearlo o con declarar de un momento a otro que ya somos diferentes. El cambio suele ser más lento y doloroso. La única constate en el universo es el cambio, pero aunque todo cambia, todo se resiste al cambio. Entiende que no porque hayas actuado de cierta manera en el pasado tienes que seguir repitiendo ese comportamiento en el futuro.

Debemos hacernos responsables de nuestras acciones. Si nosotros somos responsables de una debilidad, nosotros tenemos el poder de trabajar en ella para convertirla en una de nuestras fortalezas. Para forjar nuestro carácter. Cuando aceptamos nuestra responsabilidad también aceptamos nuestro poder.

Aprende a usar a la resistencia

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No se trata de “hacerse el fuerte”. Se trata de hacerse fuerte. De adquirir fuerza. De nada sirve declarar ante todo el mundo que ya no fumo si cada que puedo me escabullo al baño para fumar de manera furtiva. La resistencia siempre va a estar ahí, lo que podemos cambiar es nuestra manera de actuar ante esa resistencia. Podemos ceder ante ella, como venimos haciendo, o podemos desarrollar una estrategia para usar esa resistencia para hacernos más fuertes. Nos hacemos más fuertes conforme aplicamos fuerza en sentido contrario de esa resistencia.

Mi resistencia es que se me antoja encender un cigarrillo en ciertas situaciones. Pueden venir imágenes del pasado en las que sentía cierta calma mientras fumaba o en las que reía y disfrutaba de buenos momentos. La realidad es que la calma nunca duraba y las risas y los buenos momentos nada tenían que ver con el cigarrillo. Esta imagen podría permanecer en mi mente por solo unos segundos, pero si la situación en la que me encuentro es de alta presión esa imagen se presenta como una puerta de salida, como un escape. No es un escape real, en el caso de los vicios o de sustancias adictivas se trata de una cadena o de una amenaza más. Muchas veces tomé esa falsa salida y terminé encadenado una vez más al vicio durante meses.

Hay veces que la no-acción es nuestra mejor opción

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Después de tantas recaídas ya sabía que la imagen, la resistencia, iba a seguir apareciendo en mi mente. Es algo que tiene que ver con la reacción de lucha o huida. Me di cuenta de que cada vez que prendía el cigarrillo estaba dejando que este impulso dominara mis acciones. Hay veces que esta reacción puede sernos muy útil. Pero en los momentos en los que fumaba mi vida no estaba siendo amenazada por una bestia hambrienta. Al no tratarse de una amenaza real, contaba con un espacio entre la resistencia y mi acción. Tenía una tercera opción. La opción de no hacer nada. La opción de la no-acción.

Debemos aprender a sentir ciertas emociones y sensaciones sin dejarnos llevar por el primer impulso que venga con ellas. Esto aplica para el miedo, la tristeza y la ira. Debemos ser capaces de observar estas sensaciones y emociones sin identificarnos con ellas. No tenemos que responder a todo y a todos. Hay ocasiones en que la no-acción, la no-respuesta, es la opción que representa una mayor ganancia para nosotros. Ganamos en calma y en tranquilidad. Ganamos en fuerza interna. Ganamos en carácter.

Conclusión

Como puedes ver, tu sistema de creencias tiene mucha influencia sobre el desarrollo de tu vida. Modifica tu sistema de creencias. Identifica cuáles son las creencias limitantes que están impidiendo que alcances una mejor versión de ti mismo. Cambia estas creencias limitantes por creencias potenciadoras que te permitan trabajar en tus debilidades y convertirlas en fortalezas.

En el caso del cigarrillo, mi estrategia fue modificar mi sistema de creencias de la siguiente manera:

-La creencia limitante de que mi entorno y los eventos externos eran responsables de mi recaída cambió por la creencia potenciadora de que yo soy el ÚNICO responsable de TODAS mis acciones.

-La creencia limitante de que era importante parecer fuerte cambió por la creencia potenciadora de que lo importante es HACERSE FUERTE o ADQUIRIR FUERZA.

-Agregué la creencia de que puedo usar a la resistencia para FORTALECER MI CARÁCTER al emplear fuerza en sentido contrario de la resistencia.

-La creencia limitante de que solo contaba con dos opciones: luchar o huir, cambió por la creencia potenciadora de que existe una tercera opción: la NO-ACCIÓN.

Muchas de tus acciones van a depender de lo que incluyas en tu sistema de creencias. Hay muchas cosas que no están en nuestro control, pero también hay muchas cosas que deberíamos controlar y de las cuales hemos cedido el control a fuerzas externas a nosotros mismos. Depende de cada uno de nosotros recuperar ese control.

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¿Quién es Luca?

Soy escritor, programador y emprendedor. También soy un monstruo en el poker.